🎓 Combatir la desinformación allá donde no ha llegado el Periodismo

Tras años de ausencia de regulación, parece haber llegado el momento de establecer reglas para controlar la desinformación en el entorno digital. Las agencias de fact-checking, que se han situado en la vanguardia de la denuncia de contenidos falsos consideran imprescindible la colaboración de las plataformas digitales, al tiempo que señalan que las normas sobre la desinformación han de marcarlas las instituciones.  .  

Fecha: miércoles, 30 de noviembre de 2022 a las 17:00h

Combatir la desinformación allá donde no ha llegado el Periodismo

Tras años de ausencia de regulación, parece haber llegado el momento de establecer reglas para controlar la desinformación en el entorno digital. Las agencias de fact-checking, que se han situado en la vanguardia de la denuncia de contenidos falsos consideran imprescindible la colaboración de las plataformas digitales, al tiempo que señalan que las normas sobre la desinformación han de marcarlas las instituciones. 

Esta es una de las conclusiones del coloquio celebrado entre representantes de Newtral, Maldita y Verificat, celebrado en la Universitat en el contexto de la Jornada ‘Periodismo y Fact Checking ante el reto de la desinformación’, organizada dentro del grado en Periodismo.  

Según ha observado Marilín Gonzalo (Políticas públicas y sección Tecnología de Newtral), las plataformas han vivido muchos años de “desregulación total” en los que no han tenido “ningún tipo de interés en parar la economía del click”. Pese a los avances, el nuevo Twitter de Elon Musk supone, desde su punto de vista, volver al descontrol. “Se lo están saltando todo. No hay forma de saber qué es lo que esta plataforma considera desinformación”. 

Asumida la necesidad de poner cierto orden frente a la expansión desinformativa, la cuestión radica en determinar quién decide las reglas. Para el codirector de Verificat, Lorenzo Marini, “es básico que las reglas no las hagan las plataformas”. Han de ser las instituciones las que determinen “lo que está permitido en el espacio público”. Admite que hay que trabajar con las plataformas, pero “tiene que haber un poder encima”. En este sentido, ha aplaudido los pasos que está dando la UE en esta materia. 

El coordinador de Madito Dato en Maldita, Sergio Sangiao, ha defendido la cooperación entre verificadores y plataformas. “Si no somos aliados de las plataformas, no vamos a llegar a ningún lado”. Así, ha puesto de ejemplo el reciente acuerdo alcanzado por Maldita y Facebook, que “permite saber qué es lo que se mueve más y verificarlo”. Al respecto, ha destacado que otras plataformas “no han estado tan receptivas a colaboraciones”, y ha citado el caso de YouTube. 

Los ponentes han descrito la labor de verificación como una forma de hacer periodismo allá donde este no llega o en espacios que éste no ha ocupado, ya que “no apostaron por la vía tecnológica como sí hicimos los fact-checkers”, ha subrayado Sangiao. 

Asimismo, todos han estado de acuerdo en la importancia de la alfabetización digital en el combate contra la desinformación. “Cuando se invierte en alfabetización digital, los resultados siempre son muy buenos”, ha afirmado Marilín Gonzalo.

Desinformación contra la moral de victoria

Anteriormente, se había celebrado el coloquio sobre desinformación en la guerra de Ucrania, en el que han intervenido la periodista ucraniana Oleksandra Molotkova y el periodista de TV3, Lluís Caelles, que ha trabajado sobre el terreno como enviado especial. 

Desde su experiencia en escenarios bélicos, Caelles ha confesado creer en algo sobre lo que era muy escéptico hace unos años: la importancia de la moral de victoria. Desde su punto de vista, es un factor decisivo en la guerra de Ucrania. Por este motivo, la batalla por el relato se revela crucial. “La moral se destruye con desinformación”. 

La desinformación fluye, a veces entremezclada con otra información fiable, y es función del periodista tratar de discriminar. Es lo que sucede en el contacto con las fuentes oficiales. “El trato con la prensa se ha profesionalizado mucho, pero también te tienes que plantear que cuando te lo ponen tan fácil es por algo”. 

De la misma manera, las redes, que tantas veces son fuente de confusión, también pueden aportar pistas fiables si se sabe discriminar entre el ruido. “A veces, sirven para hacer una decantación. A lo largo de los meses, vas viendo tuiteros que son fiables, que lo que dicen se acaba cumpliendo”. 

Aunque es inevitable no sentirse afectado por el sufrimiento que se contempla en las guerras, Caelles considera que el periodista “no puede cargarse sobre las espaldas todo lo que pasa. Estás allí para informar, no puedes ser una ONG”. Se ha de mantener un equilibrio, que tampoco ha de confundirse con equidistancia. “En esta guerra hay claramente un agresor y un agredido. Es lo que vemos cuando vamos allí”. 

RT es una “cadena de propaganda”

El desafío para Oleksandra Molotkova ha sido, precisamente, el de enfrentarse como periodista a una realidad en la que está directamente afectada. “A mi siempre me enseñaron que un periodista no participa en un conflicto. Prefería mantenerme fría y cubrir. Hacer mi trabajo. Ahora tengo un conflicto personal. Nadie te enseña a cubrir una guerra en la que estás implicada emocionalmente”. 

Por este motivo, considera que su aportación es servir “la parte personal, las historias reales, las de la gente. Los voluntarios, por ejemplo, son una fuente muy potente”.

Preguntada por el cierre de Russia Today, Molotkova ha sido clara: “bien hecho”. “No es un acto de censura, sino el cierre de una cadena de propaganda”. 

Antes del coloquio sobre Ucrania, la jornada había arrancado con dos conferencias (‘Opinión pública en Twitter y desinformación sobre el procés’, impartida por el doctor en Comunicación, periodista e investigador Miquel Urmeneta y ‘¿Cómo nos informamos durante la pandemia?’, impartida por la profesora de Periodismo, María Victoria-Mas). Se trataba de un bloque destinado a las investigaciones sobre la desinformación en torno a acontecimientos relevantes de los últimos tiempos. La presentación de María Victoria-Mas corresponde a una investigación financiada por la beca Leonardo Fundación BBVA.

 

 

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