🎓 “Ser ateo es de letras”

“Ser ateo es de letras”. Con esta provocadora afirmación, José Carlos González-Hurtado, vino a referirse al hecho que hoy, más que nunca, las evidencias de las ciencias empíricas conducen necesariamente a afirmar la existencia de un Dios. 

Fecha: jueves, 29 de febrero de 2024 a las 19:30h

“Ser ateo es de letras”

“Ser ateo es de letras”. Con esta provocadora afirmación, José Carlos González-Hurtado, vino a referirse al hecho que hoy, más que nunca, las evidencias de las ciencias empíricas conducen necesariamente a afirmar la existencia de un Dios. 

El relato de las principales evidencias que tienen como corolario la necesidad de un Dios estructuró su exposición durante la sesión ‘¿Existe Dios?’, que nuestra universidad acogió y organizó en colaboración con EWTN y EUSS School of Engineering.

El ponente, autor del libro ‘Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios’, recurrió inicialmente al Big Bang para desplegar su batería de argumentos. Y es que esta teoría nos muestra que el universo no es infinito. Es decir, no siempre estuvo aquí. Por lo tanto, “necesitó un principiador. De la nada, nada sale”. El momento del Big Bang supuso la creación de la materia, el espacio y el tiempo, por lo tanto, debió de ser obra de un ser no material, ni temporal ni espacial. Metafísicamente, a este ente es a lo que se denomina Dios. De hecho, según afirmó el ponente, “existe un paralelismo entre el Big Bang y el creacionismo desde la nada”. 

Pero, además, la ciencia nos da pistas de que Dios tampoco se desentiende de su obra. En principio, después de 13.700 millones de años de existencia, el universo tendría que presentar un gran desorden, según el principio de entropía de los sistemas cerrados. Y, sin embargo, “el universo está muy ordenado”. 

Ordenado y antrópico. No hay ninguna razón a priori para que las cosas sean como son. Es decir, “no hay ninguna razón para que la velocidad de la luz sea la que es”, pero lo cierto es que si fuera un poco más rápida o lenta “nosotros no estaríamos aquí”. Ante ello, podemos pensar o bien que, fenómeno físico tras fenómeno físico, ha sido el azar el que ha alineado el universo para hacerlo habitable al ser humano, o bien que “hay alguien llamado Dios que quiere que estemos aquí”. 

Creer lo segundo tiene una gran ventaja: “no es lo mismo estar aquí como fruto del azar que gracias a Dios”, subrayó el ponente. 

La conferencia concluyó con una referencia al genoma humano y a su descubridor, Francis Collins. Este científico, conforme iba progresando en sus hallazgos fue pasando del ateísmo al teísmo y, finalmente, al cristianismo. “Vio que el ADN es un lenguaje y que detrás de todo lenguaje hay una inteligencia. Alguien que lo ha establecido así para que funcione”. 
 

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